martes, 17 de marzo de 2009

El sobrepeso puede reducir en hasta 3 años la esperanza de vida

Un nuevo análisis realizado sobre casi un millón de personas de todo el mundo, ha logrado demostrar que la obesidad puede recortar la esperanza de vida en varios años.


Un estudio realizado por profesionales pertenecientes a la Universidad de Oxford encontró que las situaciones de obesidad moderada, algo que en los últimos tiempos es muy común, reduce la esperanza de vida en cerca de 3 años.
Y la obesidad severa, que es todavía un evento poco frecuente, puede acortar la vida de una persona en nada menos que una década. Esta pérdida de 10 años es similar a lo que genera el fumar a lo largo de muchos años.
El análisis resumió datos de 57 estudios complejos similares realizados en diversos países de Europa y de América del norte. La salud de todos los integrantes que participaron de estos estudios fue seguida a lo largo de un período de, en promedio, de 10 a 15 años, durante el cual mas de 100.000 murieron, por lo que ésta se convirtió en la mayor investigación acerca de cómo la obesidad afecta a la mortalidad.


El trabajo fue coordinado por la Unidad de Servicios de Ensayos Clínicos (CTSU) de Oxford y los resultados se publican en la edición online de la prestigiosa revista médica The Lancet.

LOS DETALLES

Los estudios utilizaron el índice de masa corporal (IMC) para evaluar la obesidad. El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros. Si una persona tiene un IMC de 30 a 35, se lo considera como "moderadamente obeso". Si tienen un IMC de 40 a 50, es obeso.
Entre los 900.000 hombres y mujeres que sobrevivieron al final del estudio, la mortalidad fue menor entre quienes tenían un IMC de 23 a 24. Esto significa que si una persona mide 1.70 de altura, por ejemplo, su peso óptimo estaría en alrededor de 70 kg.
El epidemiólogo Gary Whitlock de la Universidad de Oxford, quien dirigió el estudio, afirma: ''Nuestras conclusiones muestran que el exceso de peso acorta la vida. En países como Gran Bretaña y EE.UU, con un peso de un tercio por encima del peso óptico reduce nuestra expectativa de vida en unos 3 años".
Para la mayoría de las personas, un tercio más que el peso óptimo significa tener entre 20 y 30 kilogramos "de más". En otras palabras, evitar o reducir el sobrepeso significa, claramente agregar años a la expectativa de vida".


La comparación de los efectos de la obesidad con el de fumar también reveló otros puntos importantes: "Este estudio demostró que seguir fumando es tan peligroso como duplicar el peso corporal, y tres veces tan peligrosos como sufrir de sobrepeso.
Fuente: Periodismo.com / www.hotmail.com

sábado, 14 de marzo de 2009

¿Cuánta agua bebes al día?

La importancia de beber agua radica principalmente en que el cuerpo humano esta constituido en dos terceras parte por este vital liquido, y debido a esto el agua cumple con múltiples funciones como mantener la temperatura corporal estable, transportar alimentos, desechar toxinas entre otras muchas funciones.

Por el contrario, una deshidratación puede producir problemas de muy diversos tipos, como lo son el estreñimiento, problemas de articulación, piel áspera, o problemas con la orina como la formación de cálculos, arenillas o infecciones urinarias.
Lo ideal es que tomes 8 vasos grandes de agua (aproximadamente 2 litros) todos los días para mantener tu cuerpo correctamente hidratado. Después del oxígeno, el agua es el elemento más importante, especialmente cuando se tiene en cuenta que el 70% de nuestro cuerpo está compuesto de agua.
Si estás intentando controlar tu peso, o te sientes hinchado, no te preocupe beber más agua. Si no te llenas regularmente, el cuerpo de forma inteligente mantiene las reservas de agua que tienes y tú retienes el agua. Bebe más agua y tu cuerpo será menos propenso a almacenarlo, ya que el agua pasará de forma más libre a tu sistema.

El consumo correcto de agua ayudará a tu cuerpo a eliminar los productos de desecho. Si no has bebido agua suficiente y tienes sobrepeso, es probable que tus depósitos de grasa estén acumulando productos de desecho. Normalmente, estos residuos salen antes de tener la oportunidad de acumularse en cualquier sitio. Este proceso sólo puede funcionar de forma óptima si el volumen de agua es lo suficientemente alto para eliminar esos residuos.
¿Alguna parte de tu cuerpo tiene textura de “piel de naranja”? Incrementar el consumo de agua ayuda a restaurar el contenido de agua a su proporción correcta dentro y fuera de las células mientras salen los residuos, que recogen los depósitos de grasas. La textura de piel de naranja se puede reducir ya que el agua extra moviliza los residuos almacenados en las células grasas.

Ayuda a promover el equilibrio natural del cuerpo tomando tres veces al día, Tabletas de Complejos Herbales. Este producto exclusivo no sólo te ayudará a fomentar el equilibrio natural de agua, sino que también te ayudará a mantener los nutrientes equilibrados mediante el nuevo suministro de los nutrientes esenciales que han salido. Los nutrientes solubles en agua, como la vitamina C no se pueden almacenar en el cuerpo mucho tiempo y, por lo tanto, hay que sustituirlos regularmente.

viernes, 13 de marzo de 2009

Los hombres obesos a los 18 años duplican el riesgo de muerte prematura

La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo tan peligrosos como el tabaquismo, en concreto, la pandemia de la obesidad parece afectar más a niños y adolescentes que a los adultos.

Madrid (28/2-3-09).- Las personas que tuvieron problemas de obesidad a los 18 años tienen casi el doble de posibilidades de forma prematura que aquellos que tuvieron un peso normal de adolescentes, según una investigación desarrollada por científicos del Instituto Karolinska (Suecia) y publicada en el British Medical Journal.
En este trabajo, el equipo del doctor Martin Neovius analizó las causas de las muertes de casi 46.000 hombres de unos 38 años de edad, quienes a los 18 años se presentaron a los exámenes del servicio militar en Suecia e informaron en sus registros, de su masa corporal y de su condición de fumadores.
De los 3.000 de estos hombres que murieron durante los 38 años siguientes, la incidencia de fallecimientos fue mayor en los obesos. Los grandes fumadores, aquellos que consumían 10 cigarrillos o más al día, tenían el doble de posibilidades de morir de forma prematura, comparados con los no fumadores, según indicaron los investigadores.
Cerca de 400 millones de personas en todo el mundo son obesas, según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre ellos cerca de 20 millones de niños menores de cinco años.
Desde 1969, el número de hombres con sobrepeso en Suecia se ha triplicado y el número de obesos se ha multiplicado por cinco, según recordó el equipo dirigido por Neovius, responsable del trabajo, que señala que esta situación merece la puesta en marcha de programas urgentes de salud pública para atajar tanto los problemas de peso como el tabaquismo entre los suecos.

jueves, 12 de marzo de 2009

Celulitis, alimentación y estilo de vida

Los responsables más directos del desarrollo y el mantenimiento de la celulitis son las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona), que intervienen en la madurez sexual de la mujer y están presentes en los procesos biológicos que afectan al desarrollo del tejido adiposo. La celulitis se puede definir como una hipertrofia de las células adiposas. Los líquidos intersticiales presentes entre las células, las grasas y las sustancias de desecho que no han sido eliminadas, se depositan en los adipocitos (células grasas), provocando que estos se hinchen y aumenten de tamaño.


Como consecuencia de la hinchazón, estas células comprimen todo lo que tienen a su alrededor, entorpeciendo la circulación sanguínea y linfática y, por tanto, la eliminación de residuos y toxinas. Si este trastorno no se trata a tiempo, las células adiposas siguen engordando y el tejido conjuntivo, al no ser abastecido adecuadamente, se debilita y pierde firmeza, volviéndose más flácido. El resultado es la denominada "piel de naranja", una piel llena de bultos que se perciben a simple vista o al pellizcar la zona levemente.
Autodiagnóstico La falta de ejercicio, una dieta desequilibrada y problemas circulatorios son algunos de los factores que influyen en su apariciónEn estados avanzados, la celulitis puede crear otros problemas más difíciles de resolver como flacidez, edemas, varices, estrías y piernas cansadas. La diferencia entre obesidad y celulitis reside en que, en la primera, la grasa se reparte de forma más generalizada y el tejido conjuntivo apenas se degenera, mientras que la celulitis se instala en zonas muy específicas del cuerpo como caderas, glúteos, vientre, muslos, rodillas y tobillos.


Para conocer si existen inicios de celulitis (fase edematosa), basta con pasar suavemente los dedos de la mano por la zona afectada. Si ha aparecido el trastorno, se percibirán bajo la piel nódulos más o menos gruesos. La fase "piel de naranja" o segundo estadio ya causa dolor y se caracteriza porque al pellizcar ya se detectan nódulos. En el tercer estadio, o fase esclerótica, la celulitis ya se percibe a simple vista sin necesidad de tocar la piel. En esta etapa, la piel está dura, poco elástica y dolorosa, y muestra un aspecto acolchado con pequeños bultos y depresiones.


Consejos dietéticos La dieta juega un papel relevante tanto en la prevención de la celulitis como en la mejora de la circulación de la sangre y en el alivio de los molestos síntomas. El primer paso para comenzar la terapia dietética consiste en evitar el consumo de sustancias tóxicas para el sistema circulatorio como el alcohol, el café y el tabaco. El día tiene que completarse con una dieta rica en frutas y verduras frescas y coloridas, los mejores alimentos depurativos.


Además de su concentración en antioxidantes que fortalecen el sistema circulatorio, estos alimentos contienen vitamina C, esencial para que el tejido conjuntivo de la piel se conserve en buen estado. Dieta antioxidante e hidratación es la mejor combinación para activar la circulación y tratar de frenar el desarrollo de la celulitis. Junto a infusiones, zumos, caldos, sopas y granizados, la bebida recomendada es el agua, mejor de baja mineralización para favorecer la diuresis y la eliminación de toxinas por la orina.


A estos consejos dietéticos se suman otros relativos a la adopción de estilos de vida que mejoren la circulación de la sangre y favorezcan la eliminación de sustancias de desecho. Por ejemplo, hacer ejercicio de forma regular activa la circulación sanguínea y favorece el retorno venoso, con lo que las piernas, que suelen ser las zonas más propensas a la celulitis, no se cargan tanto. Igualmente saludable es evitar el uso de prendas ajustadas que entorpezcan la circulación sanguínea y linfática, así como calzado con mucho tacón.


El estrés, las prisas, la tensión emocional o la ansiedad afectan a distintas funciones del organismo, alterando el proceso respiratorio, digestivo y la función intestinal con una producción excesiva de toxinas y favoreciendo la aparición de infiltrados celulíticos. Por eso conviene dedicar unos minutos cada día a practicar técnicas de relajación y de respiración como mejor forma de oxigenar el organismo.


TIPOS DE CELULITIS
Hay distintos tipos de celulitis según el grado de desarrollo del trastorno.

* Edematosa: aparece con hinchazón debido a la retención anormal de líquidos y se localiza en las extremidades inferiores desde los tobillos hasta los glúteos. En una fase avanzada resulta dolorosa, las piernas tienen forma de columnas gruesas y los líquidos se concentran más en los tobillos, pantorrillas y rodillas. Al tacto se aprecian los nódulos bajo la piel.


* Blanda: se caracteriza por la flacidez y poca consistencia de los tejidos y en ella la superficie cutánea cambia de aspecto según la postura que se adopte. Al tacto provoca dolor, resulta blanda y pastosa y se perciben los nódulos. También puede ir acompañada de sensación de pesadez y pequeñas varices. Suele darse en personas obesas cuando realizan repetidos tratamientos de adelgazamiento con pérdida de mucho peso. Puede concentrarse en caderas, glúteos, muslos y barriga o bien ser más generalizada abarcando una amplia superficie.


* Dura: se identifica en celulitis muy localizadas. Destaca su gran consistencia, lo que la hace muy difícil de eliminar. La piel, la grasa y los músculos parecen que estén soldados, por lo que al tacto no se detectan los típicos nódulos. La piel pierde la elasticidad, se vuelve dura y tensa y presenta, en ocasiones, estrías.


* Mixta: tiene aspecto de celulitis edematosa y blanda, con flacidez en los tejidos y acumulación de líquidos localizados en diferentes zonas del cuerpo.


Fuente: enviado por Dr. José Manuel Ferrer Guerra


Elimina centímetros y evita la retención de líquidos. Controla la celulitis


Cell U Loss

Es una formulación de vitaminas, minerales y hierbas, diseñadas para ayudar a eliminar excesos de líquidos, toxinas, depósitos de grasas en el abdomen, barriga, llantas o protuberancias, hace desaparecer la celulitis, además de prevenirla, tanto en hombres y mujeres.


Este compuesto de hierbas le hace llegar más oxígeno a la célula adiposa, llenándola de líquidos y haciéndola reventar, reconstituyendo al mismo tiempo su tejido sin dejar huecos o piel flácida.
Es también un diurético natural que elimina los excesos de agua en el organismo. El potasio que contiene regula el equilibrio de los líquidos en el cuerpo y ayuda a que se desechen los residuos tóxicos del metabolismo. Para consultas comuniquese al 704 95 329

miércoles, 11 de marzo de 2009

Omega 3 en la prevención del daño hepático

Las resolvinas y protectinas, dos lípidos derivados de los ácidos grasos omega 3, muestran su faceta protectora frente al hígado graso relacionado con la obesidad


Los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 tienen una amplia reputación como agentes protectores frente a la inflamación y el dolor. El efecto protector se debe sobre todo a la inhibición de las sustancias inflamatorias así como a la formación de nuevos lípidos bioactivos, las resolvinas y protectinas, con un papel esencial como mediadores químicos en la resolución de la inflamación. También la ingesta de ácidos grasos omega 3, abundantes por naturaleza en el pescado azul, se ha demostrado eficaz en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, las afecciones cardiovasculares y el cáncer.


* Autor: Por ELENA PIÑEIRO* Fecha de publicación: 27 de febrero de 2009


La hipótesis de que el consumo de este tipo de grasas podría proteger también del daño hepático relacionado con la obesidad ha tomado cuerpo en fechas recientes con el descubrimiento del papel positivo de las resolvinas y protectinas sobre el hígado enfermo, aunque de momento sólo se ha demostrado en animales de laboratorio. El acúmulo excesivo de grasa corporal puede provocar el mal funcionamiento del hígado y dar lugar a esteatohepatitis (hígado graso no alcohólico con inflamación) y a otras complicaciones como la resistencia a la insulina, que puede derivar en diabetes tipo II.Un estudio reciente de científicos españoles procedentes de distintos centros de investigación de Barcelona, junto a investigadores de la Universidad de Berkeley, en California, ha demostrado en ratones que las resolvinas y las protectinas tienen su protagonismo en el efecto protector hepático ya que mejoran el funcionamiento de este órgano e influyen de manera positiva sobre la inflamación.


Dieta antiinflamatoria


Por primera vez se ha mostrado en animales cómo los lípidos llamados protectinas y resolvinas, derivados de los ácidos grasos omega 3, pueden reducir complicaciones hepáticas como la esteatosis y la resistencia a la insulina, que están con frecuencia relacionadas con la obesidad. Así lo afirman investigadores del Hospital Clinic de Barcelona, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Berkeley, en California (EE.UU.). En su estudio publicado recientemente en el FASEB Journal, la publicación oficial de la Federation of American Societies for Experimental Biology, y realizado con animales de experimentación, han encontrado que estos dos tipos de lípidos tienen un efecto protector que podría ser relevante si se demuestra en humanos.


Para llegar a esta conclusión, los autores han estudiado cuatro grupos de ratones con un gen alterado que les produce obesidad y diabetes. Durante cinco semanas alimentaron a estos animales de cuatro formas distintas: al primer grupo se le proporcionó una dieta enriquecida en ácidos grasos omega 3, al segundo se le dio una dieta control, el tercer grupo se alimentó con comida enriquecida en ácido docohexanoico o DHA (ácido graso poliinsaturado omega 3) y el último grupo recibió en exclusiva el lípido resolvina.


A partir de ahí, los ratones que comieron una dieta enriquecida en omega 3 son los que mostraron menos inflamación del hígado, además de haber mejorado su tolerancia a la insulina. Según los propios investigadores esto se debe a que los ácidos grasos omega 3, mientras desencadenaron la formación de las resolvinas y protectinas, con propiedades frente a la esteatosis, también inhibieron la formación de eicosanoides, sustancias relacionadas con la inflamación.
Gerald Weissmann, editor jefe de FASEB, admite que aún queda mucho camino por recorrer hasta probar la protección en humanos y que "lo bueno sobre este estudio es que su información puede ser usada ya, para cenar esta misma noche". Para Weissmann "es probable que comer mucho más pescado (azul) o cambiarse al aceite de canola (colza) pueda marcar la diferencia". El aceite de canola, común en EE.UU. y Canadá, tiene una alta proporción de ácidos grasos monoinsaturados, como nuestro aceite de oliva, y aporta además una interesante proporción de ácidos grasos poliinsaturados omega 3.


Exceso de grasa y daño hepático


La causa más determinante de la esteatosis (exceso de grasa en el hígado) es la obesidad, por detrás del alcohol, que hasta hace poco se identificaba como el origen principal de daño hepático. Se sabe que la obesidad confiere un riesgo entre 2,5 a 3 veces superior que el alcohol para desarrollar lesiones en el hígado. Aunque se desconoce el tiempo necesario que debe transcurrir hasta que este órgano llegue a ser graso, se tiene constancia de que las personas que engordan en muy poco tiempo pueden desarrollarlo con rapidez.


Si posteriores investigaciones demuestran en humanos los resultados del estudio liderado por científicos de la Universidad de Barcelona, esta información podría ser de gran importancia para los médicos y nutricionistas en la reeducación alimentaria de las personas obesas. Ante esta enfermedad crónica, se hace muy necesaria la disminución del exceso de grasa corporal para evitar sus complicaciones.
Paliar el daño hepático con la ayuda de la dieta sería un gran avance en el tratamiento nutricional de la esteatohepatitis no alcohólica. Hasta el momento, el tratamiento más eficaz se basa en dieta hipocalórica, reducción de peso controlada (3-4 kg/mes), ejercicio físico y, una vez disminuida la grasa corporal, mantenimiento del peso con una dieta más controlada en hidratos de carbono y ejercicio físico regular.


DAÑO HEPÁTICO


El daño hepático no provocado por el alcohol va desde una esteatosis simple, pasando por una esteatohepatitis (un mal caracterizado por la acumulación de grasa en los hepatocitos o células hepáticas y por la inflamación del hígado) hasta la fibrosis y por último la cirrosis con grasa. Según Gregorio Castellano y Mercedes Pérez Carreras, del Servicio de Medicina del Aparato Digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, "las causas y mecanismos que intervienen en la aparición de la enfermedad no son bien conocidos, pero se reconocen factores de riesgo que favorecen la aparición de las lesiones de la esteatohepatitis no alcohólica por mecanismos aún no totalmente aclarados. Entre estos riesgos figuran con mayor frecuencia el sexo femenino (65-83%), la obesidad (69-100%), la diabetes mellitus tipo 2 (36-75%) y la hiperlipemia (20-81%).


La coincidencia de más un factor de riesgo parece tener un efecto acumulativo aumentando la gravedad de la esteatohepatitis no alcohólica, hecho especialmente frecuente en el caso de la diabetes y la obesidad. El exceso de grasa en el interior de las células hepáticas se ve agravado por la hiperinsulinemia resultante de la resistencia a la insulina, que a su vez hace que aumente la producción de ácidos grasos dentro del hepatocito (célula del hígado). En España se calcula que entre 3,5 y 4,5 millones de personas padecen las consecuencias del hígado graso y entre 800.000 y 1.200.000 sufren la esteatohepatitis.
http://www.consumer.es/

martes, 10 de marzo de 2009

Nutrición y cerebro


Siempre se ha sabido que, además de la glucosa de donde toma la energía para su correcto funcionamiento, el cerebro precisa de otros muchos compuestos.
Bien sea farmacológicamente o bien a través de la dieta, estos compuestos contribuyen a una mejor y más efectiva transmisión de las señales neuronales. Poco se sabe aún, no obstante, acerca de cómo los nutrientes u otros compuestos bioquímicos ejercen un papel protector sobre las neuronas. O, menos todavía, de cómo los distintos factores nutricionales son capaces de activar un gen para que dé una respuesta adecuada. Una respuesta, por cierto, que va mermando con el paso de los años o cuando aparece una patología de carácter degenerativo como la enfermedad de Alzheimer o la esclerosis múltiple.

La pregunta que se formulan los expertos desde hace años es casi obligada: ¿puede la nutrición frenar o prevenir el deterioro de capacidades cognitivas asociada al paso de los años? En caso afirmativo: ¿cuáles son los compuestos ideales y de qué modo actúan?
La pregunta, no por obligada, tiene una respuesta simple. Como se ha visto en años recientes, el beneficio potencial de una nutrición correcta sobre el estado de salud de un individuo depende no sólo de sus componentes sino también de la respuesta individual condicionada por los genes, del metabolismo a nivel molecular y, por supuesto, del estilo de vida. A ello cabe sumar lo que ocurre en el cerebro. Por ejemplo, cómo adquiere la información, cómo la procesa, cómo obtiene el alimento que precisa o qué ocurre cuando se da una situación de deterioro neuronal. Dicho de otro modo: si bien puede darse como cierto de que la dieta también alimenta nuestro cerebro, los mecanismos que rigen este proceso, y por tanto, el conocimiento de cómo mejorarlo, se ignoran en buena medida.

Algo de cerebro y energía
"Cada vez hay más evidencias de que los desórdenes metabólicos aceleran el deterioro de las funciones neurológicas" El mecanismo de acción del cerebro se fundamenta en la capacidad de transmisión de señales eléctricas entre dos neuronas. O mejor, entre los millones de células nerviosas que se alojan en sus distintas capas. Esa capacidad, tal y como se ha visto en los últimos años, puede medirse en forma de pulsos eléctricos y también en forma de demanda de energía.

Hoy se sabe, además, que el paso de información de una neurona a otra exige un consumo de oxígeno y glucosa mayor, por regla general, que entre cualquier otra forma celular de modo que el rendimiento del cerebro como órgano depende directamente del aporte energético global. Dicho de otro modo, a menor aporte energético al cerebro, menor es la capacidad de transmisión neuronal y, por tanto, mayor es la merma de capacidades cognitivas o motoras.
La energía, en forma de glucosa, es captada de la sangre por las células gliales, que la transforman en lactato. La glía bombea el lactato a la neurona para su correcto funcionamiento. En un plano superior, el cerebro integra las necesidades de energía de cada tejido u órgano del cuerpo y da la orden para que se suministren los aportes necesarios en cada caso de forma proporcionada. Cuando todo funciona correctamente, el organismo responde de igual forma. Cuando alguno de estos procesos falla por un motivo u otro surgen disfunciones: obesidad, si no hay una regulación proporcionada de aporte energético, o deterioro físico y cognitivo si las neuronas o la glía carecen de la energía suficiente o se da una muerte celular prematura.

Intervenciones preventivas
Pero no es sólo energía lo que precisa el cerebro para su buen funcionamiento. Sandrine Andrieu, profesora de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad de Tolouse y responsable del equipo de investigación sobre envejecimiento en el INSERM, defiende que "todos los nutrientes son necesarios" para su óptimo funcionamiento. "Incluso un pequeño déficit de uno de los nutrientes esenciales puede provocar la pérdida de propiedades en los tejidos cerebrales", aseguró en un reciente encuentro científico celebrado en Lausana (Suiza).

El encuentro, organizado conjuntamente por el Departamento de I+D de la multinacional Nestlé y la Escuela Politécnica Federal de Lausana, centro en el que se desarrolla el mayor experimento de simulación informática del cerebro del mundo, sirvió para poner de manifiesto, "una vez más", según Andrieu, que el deterioro de capacidades cognitivas asociadas a la pérdida de tejido cerebral se debe a "causas no conocidas". No obstante, siguió Andrieu, "cada vez hay más evidencias de que los desórdenes metabólicos aceleran el deterioro de las funciones neurológicas". De ahí que obesidad y diabetes se estén considerando ahora como un signo de mayor riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer.

"Las posibilidades de que una mala dieta repercuta negativamente en las funciones del cerebro son mayores de lo que previamente habíamos creído", sigue la experta francesa. La razón hay que buscarla en el funcionamiento de este órgano y, de manera muy particular, en su plasticidad. A diferencia de lo que se pensaba hasta hace bien poco, el cerebro genera nuevas conexiones neuronales de forma continuada como respuesta a los distintos estímulos que recibe. Eso significa que su estructura y su morfología varían constantemente. De ahí la alta demanda de oxígeno y energía en forma de glucosa. Pero también de otros nutrientes.
La pregunta clave es si la dieta, o algunos de sus componentes, pueden prevenir o retrasar el deterioro cognitivo. Y por supuesto, determinar si es factible algún tipo de intervención en este sentido. Dado que la diabetes y la obesidad, así como los índices anormales de colesterol, hipertensión y homocisteína se han identificado como factores de riesgo en la enfermedad de Alzheimer, su control supondría ya un gran "paso adelante", asegura Andrieu. También lo serían medidas tendentes a frenar el estrés oxidativo o la presencia de determinados minerales en la dieta.
En 2005 se publicó la primera lista que sugiere que determinados metales pueden comprometer el estado neuronal y, con él, las funciones cognitivas. El exceso de aluminio, zinc, cobre y hierro es el responsable de los cambios de conformación de la proteína beta-amiloide. Estos cambios, junto con la acumulación de proteína tau llevan a la muerte neuronal característica de la enfermedad de Alzheimer.
Las grasas saturadas y el colesterol "malo" son otros de los factores asociados a la enfermedad. Por el contrario, diversos estudios sugieren que la ingesta de ácido de omega 6 en la dieta actúa como factor protector.
"La no actuación", señala Andrieu, "podría llevarnos a un escenario impredecible en unos años debido al incremento de factores de riesgo conocidos". Y lo que se puede hacer, en su opinión, es establecer programas de intervención en los que se sumen "múltiples acciones". Entre ellos, un programa nutricional adecuado, el desarrollo de actividad física regular, el mantenimiento de actividades cognitivas y sociales en el adulto mayor y en la vejez, y reducir el impacto de factores de riesgo.
¿Dieta o productos nutricionales?
En la era de los alimentos funcionales es comprensible que la industria alimentaria se interrogue acerca de los beneficios potenciales de determinados compuestos para prevenir la aparición de una patología concreta. Se viene haciendo desde hace años con resultados diversos en el control de colesterol o de glicemia y se apunta ahora como nueva tendencia en alteraciones cognitivas o patologías como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Alzheimer. El problema es determinar qué compuesto es el ideal y abrir un debate sobre la conveniencia de aportarlo mediante la dieta o a través de alimentos enriquecidos. La tendencia actual consiste en investigar reguladores de energía para incorporarlos en alimentos nutricionalmente aptos. Complejos vitamínicos, en especial suplementos de vitamina B y C, y vitaminas A, D y E en menor medida, y hierro, magnesio, calcio y fósforo son por ahora los candidatos mejor dispuestos. En la lista han aparecido también el zinc y el ácido fólido, además de ácidos omega 6. A estos micronutrientes podría añadírsele en breve otro paquete que mejore la eficacia en el proceso de liberación de energía obtenida de la comida.
El destinatario de estos productos no es necesariamente la tercera edad. Las empresas vienen considerando como cliente potencial a niños de corta edad. ¿La razón? El crecimiento y maduración del cerebro en sus primeras etapas exige una demanda de energía mucho mayor que en las personas adultas o de edad avanzada. Se estima que cerca del 60% de la demanda energética total del cuerpo procede de este órgano, demanda que decrece con los años. Es esperable, pues, la aparición de productos enriquecidos que, acompañados de indicaciones dietéticas, se orienten al público infantil y a la tercera edad.
fuente: Dr. José Manuel Ferrer Guerra, publicado en Vida7.cl

lunes, 9 de marzo de 2009

Reducir la sal disminuye el consumo de gaseosa en los niños

Investigadores británicos sugieren que las reducciones podrían disminuir las probabilidades de enfermedad cardiaca y diabetes
(FUENTE: American Heart Association, news release)
(HealthDay News/Dr. Tango) -- Reducir la ingesta de sal de los niños puede reducir su consumo de refrescos endulzados con azúcar, así como su riesgo de obesidad, hipertensión y otros problemas de salud más adelante en sus vidas, según afirman investigadores británicos.

Los científicos de la Universidad de St. George en Londres analizaron datos de más de 1,600 niños de ambos sexos entre los 4 y los 18 años de edad en Gran Bretaña, y encontraron que los que consumían una dieta más baja en sal bebían menos líquidos. Los investigadores calcularon que reducir un gramo de sal de la dieta diaria de un niño reduciría su ingesta general de líquidos en cien gramos al día.


El análisis de los datos también reveló que los niños que consumían una dieta más baja en sal también bebían menos refrescos endulzados con azúcar. Los investigadores calcularon que reducir la ingesta de sal de un niño en un gramo al día reduciría el consumo de refrescos endulzados con azúcar en 27 gramos al día.

"Si los niños entre los 4 y 18 años redujeran su ingesta de sal a la mitad (una reducción promedio de tres gramos al día), habría una reducción de alrededor de dos refrescos con azúcar menos consumidos por cada niño a la semana, de manera que cada uno reduciría su ingesta calórica en alrededor de 250 kcal por semana", afirmó en una declaración preparada el Dr. Feng J. He, autor del estudio.


Reducir la ingesta de sal no sólo reduciría la presión arterial en los niños, sino que tendría que ver con la reducción de la obesidad, apuntó He.

El estudio fue publicado en la edición actual de Hypertension.

En un editorial relacionado en la misma edición de la revista, el Dr. Myron H. Weinberger, del Centro médico de la Universidad de Indiana, escribió que reducir la ingesta de sal y bebidas endulzadas de los niños, en combinación con aumentar la actividad física, "ayudaría mucho a reducir la plaga actual de enfermedad cardiovascular en nuestra sociedad industrializada. Obviamente, cada paso en esta progresión requiere una mayor definición y confirmación. Esto presenta un desafío formidable a medida que avanza el siglo XXI".
http://healthfinder.gov

viernes, 6 de marzo de 2009

Pérdida de vitaminas en alimentos


Se produce debido a diferentes acciones, como la cocción y el pelado, que se llevan a cabo durante su procesadoLas vitaminas son nutrientes esenciales imprescindibles para la vida.

Sus requerimientos no son muy altos pero tanto su defecto como su exceso pueden causar importantes problemas de salud. Son compuestos orgánicos que no puede sintetizar nuestro organismo debido a una cuestión evolutiva: es más económico para nuestro cuerpo obtenerlas a través de la dieta que mantener un sistema metabólico para su síntesis. Sin embargo, algunos procesos tecnológicos facilitan la pérdida de parte del contenido original de estas sustancias en los alimentos.

* Autor: Por NATÀLIA GIMFERRER MORATÓ

La cantidad de vitaminas requeridas para el organismo, por lo general, siempre ha estado presente en la dieta en cantidades suficientes. No obstante, la moderna tecnología de los alimentos ha provocado la pérdida de parte del contenido original de vitaminas, dejando, en ocasiones, los alimentos con una insuficiente concentración vitamínica para poder desarrollar correctamente su cometido. Todas las vitaminas tienen funciones muy específicas sobre el organismo y deben estar contenidas en la alimentación diaria.

Factores que alteran su estabilidad

El tiempo que transcurre desde la recolección de los alimentos hasta su consumo origina una importante variación en el valor nutritivo del producto, que puede llegar a perder gran cantidad de sustancias, entre ellas las vitaminas. El contenido final depende de factores como los aspectos genéticos, tanto del vegetal como del animal, o los secundarios al cultivo de los vegetales, que pueden ser importantes causas de pérdidas vitamínicas. La variedad de la planta o de la raza animal, la composición del subsuelo, la época de recogida del vegetal, la alimentación del animal, el grado de maduración, el clima o la luz son algunos de los más destacados. Los procesos de cocción conllevan la eliminación de compuestos solubles en agua como las vitaminas hidrosolubles, es decir, la C y todo el complejo del grupo B. Supone la disolución de todas las vitaminas solubles en el medio acuoso que rodea el alimento. Actualmente, en el ámbito industrial, la cocción se realiza al vacío y en sistemas cerrados, lo que minimiza el grado de pérdida, que va acorde con la temperatura alcanzada, el tiempo, el pH y el grado de maduración en el caso del vegetal. En el lavado de alimentos se produce lixiviación, es decir, el arrastrado de vitaminas por el agua. Pero en este caso la pérdida es mínima y en muchos casos necesaria para la eliminación de microorganismos.El contacto con el aire puede degradar vitaminas liposolubles, A, D, E y K vía oxidación lipídica debido al contacto con el oxigeno. En procesos como el troceado, la pérdida será mayor debido al aumento de la superficie del alimento.

Es importante pues no dejar el alimento en contacto con el aire durante largos períodos de tiempo.Los tratamientos químicos a los que son sometidos los alimentos durante su procesado causan también importantes pérdidas vitamínicas. Un ejemplo de ello es el uso de oxidantes en las harinas o la adición de nitritos como conservantes. Ambos procesos provocan la pérdida de vitamina A, C, E, tiamina y ácido fólico respectivamente.Finalmente, debe tenerse en cuenta que el almacenamiento de los alimentos facilita la actuación de las enzimas causantes de importantes pérdidas además de la aparición de productos oxidantes como los peróxidos, formados durante la oxidación lipídica. Es importante pues, controlar los parámetros de almacenado de cada alimento y evitar mantener los alimentos durante largos periodos de tiempo.

Contenido máximo asegurado

Las principales fuentes de vitaminas son los vegetales, principalmente frutas y hortalizas crudas. Sin embargo, en los productos animales se hallan también gran cantidad de vitaminas, sobre todo las del grupo B. Durante la elaboración de los alimentos se llevan a cabo diferentes procesos de transformación que afectarán en mayor o menor grado a la pérdida de vitaminas.Por este motivo es mejor no cocinar excesivamente los productos. Aquellos cocidos a temperaturas elevadas durante un tiempo prolongado perderán gran cantidad de vitaminas. Es preferible añadir los que se deban cocer cuando el agua ya está hirviendo.

En frutas y verduras es preferible mantener siempre que se pueda la piel, que es la parte del alimento que más vitaminas contiene. También debe evitarse mantener los alimentos cocinados, troceados, exprimidos o manipulados durante largos periodos de tiempo, ya que las enzimas degradativas actúan instantáneamente disminuyendo significativamente el valor nutricional del producto.Finalmente, es muy importante saber elegir adecuadamente los alimentos a la hora de comprarlos. Una mejor calidad se refleja en un mayor valor nutritivo.

Indispensables
Sin las vitaminas el organismo no podría aprovechar los beneficios de la alimentación. Estas sustancias se transforman en una forma activa llamada coenzima y actúan en la catálisis de reacciones metabólicas específicas. Su efecto consiste en ayudar a convertir los alimentos en energía. Las vitaminas, como por ejemplo la vitamina E, también actúan como sustancias antioxidantes previniendo gran cantidad de patologías. El organismo sólo produce vitamina D, cuya formación tiene lugar en la piel con la exposición al sol.

Sustancias antivitamínicas

Los antivitamínicos son compuestos que contienen sustancias capaces de dejar inactivas las vitaminas o de aumentar sus requerimientos diarios. Tabaco, alcohol, café y ciertos medicamentos son algunos de ellos, aunque también se encuentran en algunos alimentos. Las más importantes en este ámbito son las antitiaminas, la tiaminasa I presente en peces, crustáceos y moluscos, y la tiamnasa II, que contienen los helechos. Algunos datos corroboran que ciertos vegetales son tan ricos en tiaminasa que pueden llegar a ser tóxicos si se consumen de forma habitual.El ácido ascórbico oxidasa, una enzima relativamente termoestable y poco sensible a cambios en el pH, se halla en la col, patatas, zanahoria y, en general, en los vegetales con un bajo contenido en vitamina C. La actividad de esta enzima se inhibe al 100º C durante un minuto y su acción es degradativa. La antibiotina es una proteína llamada avidina que se une fuertemente a dos moléculas de biotina e impide su absorción. La avidina está presente en los huevos y su desnaturalización aparece con sólo calentar.También poseen carácter antivitaminico ciertos compuestos de naturaleza fenólica como el ácido cafeico presente en el apio, naranjas, limones o calabazas. Contrariamente, el ácido cafeico está muy indicado para el tratamiento de algunas patologías como el hipertiroidismo.

Fuente: http://www.consumer.es/

jueves, 5 de marzo de 2009

Un bajo nivel de folato podría dañar el esperma

Un estudio sugiere que los futuros papás deberían aumentar la ingesta del nutriente

Por Steven Reinberg
Reportero de Healthday
(FUENTES: Brenda Eskenazi, Ph.D., professor, maternal and child health and epidemiology, director of the Center for Children's Environmental Health, School of Public Health, University of California, Berkeley; Jamie Grifo, M.D., Ph.D., director of reproductive endocrinology, New York University Medical Center, New York City; March 20, 2008, Human Reproduction)

(HealthDay News/Dr. Tango)
Los beneficios del folato para las mujeres en la prevención de defectos congénitos son bien conocidos, pero una nueva investigación sugiere que el nutriente también mejora la salud del esperma.Los hombres que tienen niveles relativamente bajos de folato aumentaron el riesgo de tener esperma con muy pocos o demasiados cromosomas, de acuerdo con los investigadores de la Universidad de California en Berkeley. Estos tipos de deficiencias pueden causar defectos congénitos y abortos espontáneos, anotaron los expertos.
El folato pertenece al grupo de las vitaminas B y se encuentra en las verduras de hojas verdes, frutas, frijoles, garbanzos y lentejas. Por ley, los panes y granos que se venden en los Estados Unidos están enriquecidos especialmente con folato para ayudar a mantener a raya los defectos congénitos.
"Analizamos el esperma para detectar diferentes tipos de anormalidades genéticas", dijo la investigadora principal Brenda Eskenazi, profesora de salud materna e infantil y epidemiología, y directora del Centro para la salud ambiental infantil de la Facultad de salud pública de Berkeley. "Las anormalidades que observamos fueron tener muy pocos o demasiado cromosomas", dijo.
Por lo general, el esperma humano tiene 23 pares de cromosomas. "El esperma normalmente tiene uno de cada uno, pero algunas veces hay dos o ninguno de un cromosoma particular", apuntó Eskenazi.
Si un óvulo normal es fertilizado con uno de estos espermas anormales, podría resultar en un defecto congénito, como el síndrome de Down, señaló Eskenazi. "Esto puede resultar en un incremento en el riesgo de aborto espontáneo", señaló.
Los investigadores analizaron tres cromosomas específicos: El X, Y y el 21. "Observamos una relación entre la ingesta de folato [de los hombres] y la cantidad de espermatozoides anormales que tenían, en términos del número de cromosomas para estos tres cromosomas diferentes", señaló Eskenazi.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 20 de marzo de la revista Human Reproduction.
En el estudio, el grupo de Eskenazi analizó el esperma de 89 hombres sanos. Además, los investigadores preguntaron a los hombres sobre el consumo diario de cinc, folato, vitamina C, vitamina E y beta caroteno.
Los investigadores hallaron que los hombres que consumían la mayor cantidad de folato también tenían la menor incidencia de anormalidades en el esperma. De hecho, los hombres con un mayor consumo de folato, entre 722 y 1,150 microgramos al día, tenían una frecuencia entre un 20 y 30 por ciento menor de varios tipos de anormalidades en el esperma, en comparación con los hombres que consumían menos folato.
Hasta ahora, los investigadores de defectos congénitos se habían concentrado en la dieta de las mujeres en torno al periodo de la concepción, dijo Eskenazi. "Según estos datos, quizá los hombres también necesiten modificar su dieta si piensan tener un hijo", apuntó.
Aunque este estudio no muestra una relación entre el folato y la anormalidad cromosómica de manera concluyente, Eskenazi aconseja a los hombres que están pensando tener hijos que incrementen su ingesta de folato, quizá mediante un complemento o multivitamínico que contengan folato.
Éste es el primer estudio que encuentra una relación entre la dieta y la salud del esperma. Un informe publicado el año pasado en Human Reproduction halló que las mujeres que comían carne de res siete o más veces por semana tendían a tener hijos varones con un recuento de esperma menor, quizá debido a los efectos de las hormonas o pesticidas en los testículos en desarrollo.
Un experto está de acuerdo en que la alimentación sana está asociada con tener hijos sanos, incluso para los hombres.
"Éste es otro artículo con sentido común que señala que una buena nutrición está asociada con un resultado reproductivo superior", dijo el Dr. Jamie Grifo, director de endocrinología reproductiva del Centro médico de la Universidad de Nueva York.
Grifo anotó que las tasas de esperma anormal observada en el estudio de Berkeley fueron de cuatro a seis por cada mil, lo que significa que los hombres con una nutrición deficiente tenían un esperma que era más de 99 por ciento normal.
"Aunque éste sea el caso, no fume, beba con moderación, coma alimentos sanos sin procesar y tome vitaminas", aconsejó Grifo a los futuros papás.
fuente: http://healthfinder.gov

miércoles, 4 de marzo de 2009

La nutrición en la infancia esta relacionada con la función intelectual en la vida adulta

Autora: Susan Jeffrey
El seguimiento a largo plazo de hombres y mujeres de Guatemala que de niños participaron en un ensayo sobre los efectos de los suplementos nutricionales sugiere que la mejora de la nutrición en la infancia se asocia con una mejora de la función intelectual en la vida adulta, incluso después de efectuar un control para los efectos de la escolarización.
Los autores del ensayo, encabezados por Aryeh D. Stein, PhD, del Hubert Department of Global Health, Rollins School of Public Health de la Emory University, de Atlanta, concluyen, “los datos de este ensayo, que sugieren un efecto de la exposición a una intervención para mejorar la nutrición en los primeros años de la vida, que es independiente de cualquier efecto de la escolarización, proporcionan pruebas adicionales que respaldan las estrategias intervencionistas que relacionan las inversiones precoces en niños con las inversiones continuadas en la nutrición en los primeros años de la vida y en la escolarización”.
Sus hallazgos se han publicado en el número de julio de Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.
Tanto la nutrición como la escolarización son clave

La escolarización es un componente clave para el desarrollo de la capacidad de leer y escribir, comprensión de la lectura, funcionamiento cognitivo y “por lo tanto, del capital humano”, escriben los autores. Por otra parte, los estudios publicados sugieren que, en la primera infancia, un estado de desnutrición se asocia con una falta de rendimiento en las pruebas cognitivas más tarde en la infancia o en la edad adulta. “Por esta razón, es probable que tanto la nutrición como el enriquecimiento intelectual en la primera infancia sean importantes determinantes del funcionamiento intelectual en la vida adulta”.
Entre 1969 y 1977, el Institute of Nutrition of Central America and Panama (INCAP) emprendió un estudio sobre el crecimiento y desarrollo de niños que vivían en cuatro pueblos de Guatemala. Los pueblos se asignaron aleatoriamente a recibir suplementos para los niños que consistían en atole, un alimento de alto valor biológico que contiene incaparina (una proteína vegetal), preparado con leche desnatada en polvo y azúcar, que suministraba 900 kcal/l o fresco, un zumo que suministraba 330 kcal/l, procedentes de hidratos de carbono. El ensayo demostró que la exposición al atole se asoció con una mejora de las tasas de crecimiento y una disminución de la prevalencia de detención del crecimiento y desnutrición a los 3 años de edad.
Desde entonces, se ha efectuado un seguimiento prospectivo de esta cohorte. Para este análisis, los investigadores pudieron obtener información suficiente de 1.448 (68,4%) de 2.118 individuos del grupo de estudio original de 2.392, que, durante dicho período, no habían fallecido. Compararon el funcionamiento intelectual de los expuestos al atole entre el nacimiento y los 24 meses de edad con el de individuos expuestos a fresco o expuestos al suplemente nutricional a otras edades.
Las principales variables de interés fueron las puntuaciones obtenidas en los exámenes de la Serie Interamericana de comprensión de la lectura y en las Raven Progressive Matrices, administrados entre el 1 de mayo de 2002 y el 30 de abril de 2004, cuando los individuos supervivientes tenían una media de 32 años de edad. Mediante una entrevista se establecieron los años de escolarización.
Los autores describen que en los modelos que controlaron los años de escolarización y otras variables pronósticas del funcionamiento intelectual, la exposición al atole entre el nacimiento y los 24 de edad se asoció con un aumento de 3,46 puntos (IC del 95% 0,53-8,18) en la Serie Interamericana y de 1,74 puntos (IC del 95%, 0,53-2,95) en las Raven Progressive Matrices.
Los autores destacaron que no se observó una interacción estadísticamente significativa entre la exposición al atole desde el nacimiento hasta los 24 meses de edad y los años de escolarización para ninguna de estas variables.
Los autores concluyen que “la nutrición en los primeros años de vida se asocia con marcadores del desarrollo infantil en esta población, y la exposición al atole durante la mayor parte de los 3 primeros años de vida se asoció con un aumento de 0,4 años en los logros de escolarización, siendo más potente la asociación entre las mujeres (1,2 años de escolarización). Por consiguiente, la escolarización podría ser la vía causal entre la nutrición en la primera infancia y el funcionamiento intelectual en el adulto.
Según el Dr. Stin a Medscape Neurology & Neurosurgery, aunque no estaba disponible comercialmente, el suplemento nutricional usado en este estudio formaba parte de alimentos ampliamente disponibles (leche desnatada en polvo, incaparina y azúcar). La incaparina, un alimento complementario para lactantes a base de harina de maíz, es de uso difundido en Guatemala. Por consiguiente, los hallazgos de este estudio pueden aplicarse en otros contextos de desnutrición crónica”.
Según refirió el investigador, el equipo del estudio está prosiguiendo sus investigaciones sobre las consecuencias a largo plazo de la mejora de la nutrición infantil.

El estudio se financió con becas de los National Institutes of Health (NIH) y la National Science Foundation. El NIH, la Thrasher Fund, y la Nestle Foundation han financiado la investigación del INCAP Longitudinal Study desde su inicio, según se menciona en el artículo. Los autores no han declarado conflictos de interés.
fuente: http://www.medcenter.com/ Publicado en 11/07/2008

LA MALNUTRICION POR DEFICIENCIA DE MICRONUTRIENTES

Causas y consecuencias
Los micronutrientes son substancias químicas requeridas en pequeñas cantidades en la alimentación de las personas (de ahí el nombre de micronutrientes). Algunos oligoelementos y minerales como el yodo, hierro, calcio, zinc y las vitaminas en general constituyen los principales micronutrientes de la dieta.
Estudios recientes atribuyen a la deficiencia de estos micronutrientes una parte importante de la morbilidad, la mortalidad y las incapacidades físicas y mentales de las personas en general y los niños en particular. Un aporte adecuado de estos elementos en la alimentación permite salvar la vida de miles de madres y niños, estimular el desarrollo mental, proteger contra las enfermedades infecciosas, mejorar la capacidad física y calidad de vida en los adultos.

Las deficiencias de micronutrientes entre la población mundial, especialmenta de yodo, hierro y vitamina A, son mayores a las aparentemente cuantificadas, las formas subclínicas son las más frecuentes y afectan funciones críticas relacionadas al desarrollo y la productividad de las personas.(1)
La deficiencia de yodo es quizás la que se conoce desde más antiguo, tanto por sus efectos (el bocio y cretinismo endémico) como en su tratamiento. El yodo es requerido por la glándula tiroides para elaborar las hormonas tiroideas, su deficiencia en la alimentación produce en una primera etapa un agrandamiento de la glándula conocido como bocio endémico, cuando este agrandamiento no es suficiente para compensar la función tiroidea se produce la deficiencia de hormonas tiroideas conocida como hipotiroidismo. Algunas veces este estado se inica aún antes del nacimiento y perdura durante toda la vida como cretinismo endémico.


La deficiencia de yodo es la principal causa de retardo mental prevenible.

El yodo es esencial para el crecimiento del feto y del niño y para una actividad física y mental normal en los adultos. Las alteraciones que la falta de yodo produce sobre el sistema nervioso van desde la redución de la capacidad mental, el letargo, hasta formas severas de retardo mental y alteraciones neurológicas, conocidas comúnmente como cretinismo.
La deficiencia de yodo en sus múltiples manifestaciones (bocio, hipotiroidismo, cretinismo, transtornos de la reproducción, mortalidad infantil entre otros), se conoce como "Desordenes por Deficiencia de Yodo" o DDI.
El yodo se encuentra en cantidades relativamente constantes en el agua de mar, pero su distribición en la corteza terrestre es muy desigual, las mayores deficiencias de yodo se producen en áreas montañosas jóvenes como los Alpes, los Andes, Himalayas, donde el yodo del suelo ha sido lavado por las lluvias y la glaciación, sin embargo, no está circunscrita la deficiencia solo a estas zonas, si no que se encuentra también en grandes zonas de las planicies e incluso cerca del mar. Otra causa de la falta de este mineral en los suelos es la deforestación.
Un otro micronutriente frecuentemente deficitario en la alimentación es la vitamina A (Retinol), substancia liposolubre que se almacena principalmente en el hígado, desde donde es liberada para su ulterior utilización por las células de todo el organismo. El retinol, la forma activa de la vitamina A, se obtiene de alimentos de origen animal como ser: leche, huevo e hígado. Los carotenoides, precursores de la vitamina A, se obtienen de los vegetales verdes y amarillo intenso (no de los cítricos), se absorven mejor cuando la dieta contiene cantidad suficiente de grasa.
La vitamina A es un micronutriente indispensable para mantener la normalidad de varias funciones fisiológicas, es necesaria para la función visual, el crecimiento y diferenciación del tejido epitelial, es requerida para el crecimiento de los huesos, también para la reproducción y el desarrollo embrionario; interviene en el buen mantenimiento y las funciones del sistema inmunológico y es esencial para asegurar la integridad de los epitelios respiratorios y digestivos que protegen al niño de infecciones agudas.
En el humano, y en particular en el niño, la deficiencia de vitamina A afecta principalmente los ojos, tanto en su parte externa, por las alteraciones del epitelio de la cornea y conjuntiva (xeroftalmia), como en su parte interna, por la disminución de la sensibilidad a la luz (ceguera nocturna). En la deficiencia intensa de vitamina A, la ceguera puede resultar de ulceraciones de la cornea, queratomalacia y opacidad corneal.
En el estado de deficiencia "marginal o subclínica" de vitamina A, la persona no presenta señales clínicas de carencia, pero sus reservas orgánicas totales son insuficientes. Este estado se asocia con el aumento de riesgo de morbi-morbalidad por infecciones, especialmente respiratorias.
La presencia de reservas circulantes suficientes de vitamina "A" protege contra el riesgo de muerte relacionado con las enfermedades comunes de la infancia como el sarampión, las diarreas y las infecciones respiratorias agudas. Las necesidades basales diarias de vitamina A han sido calculadas por grupo etéreo, al igual que el nivel de seguridad de ingesta, que cuando se mantiene compensado en el tiempo, permite conservar la salud y las reservas apropiadas en casi todas las personas sanas.
Las deficiencias de vitamina A se presentan en personas sometidas a regimes alimentarios pobres y poco variados, especialmente deficitarios en grasas. Estas dietas son frecuentes entre los grupos más empobrecidos de la población.
El hierro es otro mineral importante en la alimentación, la expresión más conocida de su deficiencia es la anemias ferropenica y es también la causa más conocida de anemia, siendo el desorden nutricional más extendido en el mundo.
El hierro de la dieta está compuesto de dos grupos diferentes: Hierro Hem y Hierro No Hem. El hierro Hem es de origen animal y es aproximadamente el 10% de todo el hierro consumido con una dieta balaceada, tiene una elevada disponibilidad y se absorbe entre un 20 a un 30 %. Su absorción es independiante a la combinación de alimentos.
El hierro No hem está presente especialmente en los cereales y vegetales, es la principal fuente de hierro en la dieta especialmente en los paises en desarrollo. Su absorción es muy variable y depende de diversos factores tales como: el tipo de dieta, la presencia o ausencia de alimentos inhibidores o facilitadores. Solo 10% o menos de este tipo de hierro contenido en los alimentos es absorbido a través del intestino. La absorción de hierro en general varía en función inversa a las reservas corporales y en función directa a la actividad eritropoyética.(15)
Las necesidades de hierro pueden determinarse en términos de la cantidad de hierro que se debe absorber para responer las pérdidas del organismo y la que se necesita para cubrir el aumento normal de la demanda de hierro del organismo durante el crecimiento y la gestación (15). El balance funcional se mantiene inalterable, debido a complejos procesos de regulación de la absorción intestinal del hierro, de un sistema de transporte interno y de un mecanismo específico de almacenamiento tisular.
La cantidad de hierro absorbido de la dieta depende fundamentalmente de los siguientes factores: de la cantidad de hierro de los alimentos, su coeficiente de absorción (biodisponibilidad), el tipo de hierro (hem o no hem) de origen animal o vegetal respectivamente, de la acción de los facilitadores e inhibidores de la dieta y de la cuantía de los depósitos corporales de hierro.
El contenido de la dieta y el aporte per cápita de hierro varía ampliamente. Para América del Sur se estima un consumo promedio de hierro de 11 a 12 mg/día, sin considerar el tipo de hierro.
Debido a las múltiples funciones que cumple el hierro en el organismo su deficiencia provoca además de la anemia una série de alteraciones, reduce en las personas la capacidad de trabajo físico, produce retardo psicomotor en los niños pequeños, reduce la capacidad de aprendizaje en los escolares, aumenta el riesgo de muerte durante el embarazo y el parto, da lugar al bajo peso en el recién nacido y disminuye las defensas del organismo ante las enfermedades infecciosas.(2)
La anemia ferropénica se produce por la reducción en la concentración de hemoglobina y el número y tamaño de las células rojas de la sangre debidas a: una deficiente ingesta de hierro en la dieta, una insuficiente absorción de hierro por el intestino o un incremento de las necesidades de hierro (crecimiento, menstruación, embarazo).(15)
Los efectos de la deficiencia de uno o más micronutrientes en la dieta se observan no solo en el campo de la salud, si no que afectan también la educación, la productividad y el desarrollo de un país.

lunes, 2 de marzo de 2009

El consumo de Folatos

La ingesta adecuada de esta vitamina a lo largo de la vida reduce el riesgo de enfermedades cardiovascularesLa folacina o folato describe de manera genérica un grupo de compuestos similares química y nutricionalmente al ácido fólico.
Se trata de la vitamina B9 y, entre sus numerosas funciones, destaca la participación en la síntesis de material genético de las células (ADN) y en la formación de eritrocitos, o glóbulos rojos, y leucocitos en la médula espinal y en su maduración. Sin él, o con un déficit importante, disminuye la replicación del ADN, lo que origina un fracaso en la maduración y división celular, con el riesgo de provocar un cuadro de anemia nutricional.*
Cantidad diaria recomendada

El ácido fólico debe la denominación al hecho de que se encontró de forma abundante en las hojas verdes ("fólico" procedente del latín "folium"). Esta vitamina se distribuye ampliamente en la naturaleza: lo encontramos en vegetales de hoja oscura, como espinacas, acelgas, lechuga o guisantes; en vísceras como el hígado y el riñón; y en frutas como plátanos, lima y piña. Por otro lado, las bacterias del intestino humano sintetizan cantidades significativas de folato.A pesar de su alta presencia en nuestra alimentación, es relativamente fácil, en determinadas condiciones, que se produzca un déficit ya que es una vitamina muy sensible al calor y al contacto con la luz y el oxígeno. Por ello, la cocción prolongada, ya sea comercial, o la que se lleva a cabo en casa (vapor, horno, hervido o fritura), destruye el 80% del contenido en folatos de los alimentos, y esta proporción aumenta cuando se alcaliniza el agua. Por esta razón no es recomendable el uso de bicarbonato para ablandar las verduras.Además, se estima que sólo el 25-50% del contenido dietario de folato es efectivo nutricionalmente. Por ello, si se precisan 100-200 microgramos (mcg) de folato en forma efectiva para mantener los depósitos corporales, el contenido total en la dieta debería ser de 400 microgramos. En mujeres embarazadas se requieren de 150-300 microgramos de folato absorbido para mantener un balance positivo, por lo que las recomendaciones se elevan a 800 microgramos al día. Esta ingesta no es fácil de satisfacer sin el uso de complementos dietéticos, por ello se ha establecido un protocolo de consumo en el embarazo.La levadura de cerveza es el complemento dietético más concentrado en folatos: una cuchara sopera de levadura cerveza contiene 313 mcg. En términos numéricos, entre los alimentos que más folatos contienen por 100 gramos se encuentran el hígado (197 mcg), espinaca cocida (131 mcg), judías rojas cocidas (122 mcg), bróculi cocido (78 mcg), lechuga romana (76 mcg), germen de trigo (70 mcg), zumo de naranja fresco (55 mcg), col cruda (40 mcg), plátano (24 mcg), yema de huevo (23 mcg).

Detectar el déficit

Los síntomas de deficiencia incluyen anorexia o pérdida de apetito, náuseas, diarrea, úlceras bucales y pérdida de pelo. La deficiencia crónica se manifiesta por fatiga, lengua dolorosa e hinchada (glositis), todos síntomas típicos de anemia. Con depósitos normales de folato, la deficiencia tarda unos cuatro meses en desarrollarse. Si se mantiene una ingesta deficitaria, acaban por agotarse los depósitos corporales.Los posibles efectos de deficiencia durante el embarazo apuntan a incidencias elevadas de abortos de repetición, defectos del tubo neural en el recién nacido (espina bífida o anancefalia), incremento en la anemia megaloblástica de la gestante y a recién nacidos prematuros y de bajo peso.Asimismo, y como consecuencia de un déficit de folatos, se eleva el nivel de homocisteína en sangre. Este aumento está considerado un factor de riesgo independiente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En diferentes estudios se ha encontrado una relación directa entre niveles altos de homocisteína y patologías de tipo cardiovascular. Además, se reconoce la importancia de los folatos y las vitaminas B6 y B12 como cofactores en los procesos metabólicos de la homocisteína. También se ha encontrado una relación inversa entre la concentración de dicha sustancia y los niveles de folatos en sangre.

POBLACIÓN EN RIESGO

Hay circunstancias que afectan a los niveles plasmáticos de folatos en el organismo y, por tanto, debe ser especialmente controlado el aporte externo, bien con la dieta o con ayuda de complementos dietéticos. Los requerimientos de folatos aumentan por causas fisiológicas (embarazo, lactancia, infancia y adolescencia) o por motivos patológicos (enfermedades hematológicas: anemias, neoplásicas, metabólicas). Durante el embarazo, por ejemplo, se incrementa la eritropoyesis materna, es decir, la formación de eritrocitos o glóbulos rojos, para lo cual se precisan los folatos. Durante el último trimestre de embarazo el volumen de eritrocitos total aumenta un 20-30%.Entre la población general, la deficiencia de folatos puede devenir de un consumo insuficiente de los alimentos que contienen esta vitamina. Puede suceder también que la dieta sea muy completa, pero la persona en cuestión tenga dificultad para absorber esta vitamina. Trastornos de salud como la celiaquía, la resección intestinal (si afecta al yeyuno, parte del intestino delgado donde se absorbe esta vitamina), o el consumo continuado de diferentes fármacos (anticonvulsivantes, antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico, anticonceptivos orales, hipolipemiantes, inmunosupresores) afectan y alteran la absorción intestinal.En el curso de una deficiencia de vitamina B12, el folato no se utiliza correctamente. De ahí que en el 15-25% de las deficiencias de B12 aparezcan niveles de folato bajos en los eritrocitos. Por otro lado, el consumo abusivo de alcohol interfiere con la absorción de folatos o incrementa su excreción, por lo que puede conducir a un déficit de esta vitamina.
fuente: http://www.consumer.es/